A dos años del terremoto que destruyó gran parte del sur chico de nuestro país, me vi en la necesidad de hacer esta pequeña reflexión, y no encontré mejor título que "El Perú necesita compartir", y este título se me ocurrió luego de conversar con un señor (abuelo de una amiga) que me compartía sus reflexiones en torno a la navidad (era época de campañas navideñas por esos días) y a lo que debería ser el cristiano, y particularmente el peruano (sea cristiano, católico, musulmán, judío, ateo, agnóstico, o la denominación que fuere). Lo que me comentaba este señor es cómo es posible hacer avanzar al Perú, una manera muy concreta es la opción por compartir y así ayudar a los demás, esto para disminuir la gran diferencia que hay entre la gente con dinero y la gente pobre en el Perú (Y esta no es para nada una idea comunista ni nada de eso, eh), pero esta opción no debe restringirse a la clase alta del Perú, sino a todo peruano, y lo que hace a una persona compartir y ayudar a otro ser humano es tener una visión mas trascendente del valor de esa vida.Este señor también me habló de algunas formas de compartir que se viven en el Perú. Por ejemplo una de ellas es que los familiares en el extranjero envían dinero a sus familiares en este país, lo cual contribuye a la economía de esa familia. También me hablo del padrinazgo, en el cual una persona en el exterior manda una cantidad de dinero mensual a una institución para que se ocupe de la alimentación, vivienda, educación (y otras cosas) de un niño necesitado. Esta persona constantemente recibe información sobre el niño apadrinado -y hasta hay algunas personas que vienen a ver cómo le va a este niño al cual apoyan-. Estas -y muchísimas más- son formas de compartir, y la idea, como un "plan nacional" es vivir la caridad por el bien de los demás, para el beneficio de todos. Esta idea parece una especie de Utopía, pero en realidad si nos ponemos a pensar no lo es. ¿Por qué? Muy simple:
Un ejemplo de lo que les estoy hablando fue lo que sucedió en el terremoto del año pasado, ante el desastre que azotó al sur chico del Perú, el resto de peruanos no se quedó inmóvil, sino que todos se unieron y ayudaron de una manera extraordinaria a los damnificados: Muchas personas comprando víveres o botellones de agua para mandar a las zonas afectadas; muchos más yendo a las zonas de desastre a ayudar en la remoción de escombros, entrega de víveres y donaciones, y hasta el acompañamiento espiritual a las familias -en especial a los niños-; y muchas personas también enviando dinero desde el extranjero; además de empresas e instituciones que se comprometieron con estas zonas . ¿Por qué hacíamos todo esto? Porque reconocimos que esas personas eran nuestros hermanos, y ante la necesidad debíamos extenderles la mano para aliviar su sufrimiento.
Después de esta pequeña reflexión también me vino a la mente el tema de cuál es el papel del psicólogo en todo esto. Y definitivamente es importante que la psicología se comprometa con las víctimas del terremoto (y de otros desastres), de manera especial con los niños, ya que muchos han desarrollado cuadros de stress u otras manifestaciones por el trauma del terremoto. Durante esos días me enteré que la PUCP envió una brigada psicológica a la zona afectad algo francamente loable. Pero nunca está de más recordar que estas brigadas deben tener siempre una visión integral del ser humano, y nunca reducir la dignidad que tiene. También quiero rescatar (y no es por hacer publicidad) la labor del Movimiento de Vida Cristiana, ya que desde el momento el terremoto se comprometió con los damnificados con la campaña Seamos Esperanza, y también la labor de Solidaridad en Marcha, que se están encargando de construir viviendas en Chincha y además se están construyendo centros solidarios en dicha ciudad y también en Pisco. Soy testigo de la organización de esta institución que se ha esforzado por llevar esperanza a todas las personas afectadas desde el día del terremoto hasta ahora de manera ininterrumpida. Yo también he participado en varias ocasiones, llevando donaciones y hasta removiendo escombros, y es una experiencia sumamente renovadora el hecho de saber que mi esfuerzo ayudará a muchas personas a vivir mejor, y todo el cansancio desaparece al ver el profundo agradecimiento que tienen estas personas con nosotros.
A continuación les dejo un video del trabajo de Solidaridad en Marcha, que muestra cómo la vivencia de la caridad lleva a compartir y sobre todo a llevar esperanza a muchas personas.


El Star Trek de J.J. Abrams (Misión Imposible III, Lost y Fringe), se estrenó con éxito mundial el 8 de mayo de 2009, siendo en Estados Unidos y en muchos países el primero en el Box Office del fin de semana de su estreno. Con una excelente taquilla, una buena acogida de público y una crítica positiva, podemos decir que Star Trek regresó y regresó con honores; después del estreno de la película, en varios países, algunos canales de TV nacional y también por cable han incluído en su programación la repetición de la serie de los 60’s.
Los dramas psicológicos y sentimentales también son su marca registrada, algunos episodios son muy ricos en ello y les confiere un cierto aire nostálgico traducidos en deseos de felicidad eterna que jamás serán realizados; algunas veces tales sentimientos son identificados con un “Paraíso”
Pero Star Trek es una serie sci-fi y trató bien los temas característicos del género: el contacto con alienígenas, viajes en el tiempo, universo espejo, realidad alternativa, la auto-concientización de la máquina, manipulación genética, entre otros; se buscaba que los fenómenos físicos y químicos presentados en los episodios fuesen posibles y para lograrlo Roddemberry, con frecuencia consultaba científicos de la Nasa 

“El concepto de amistad ha tenido un nuevo auge en el vocabulario de las redes sociales digitales que han surgido en los últimos años” 


